Aunque el comercio natal ó de niños recién nacidos es por reglas de socio humanos principios éticos una ilegal práctica y penado delito, esto aunque parezca absurdo debiera ser considerado como una posible actividad de emprendido auto-empleo, reconocida como posible legítimo derecho de cualquier formal ó informal pareja, que de mutuo acuerdo decida hacerlo justificado por cualquier motivo, incluso como medio de ocupación ó profesión formal para adquirir recursos de necesaria más satisfactoria sobrevivencia, siempre y cuando como se dijo estén de acuerdo mutuo, y sin de alguna forma afectar otros personales intereses, para incluso hacer de ello una profesión emergente ó de por vida, como medio de conseguir los necesarios recursos de sobrevivencia, de engendrado cultivo de un producto genético ó niño de la mejor forma positivamente posible, elaborado con una de antemano cuidadosa adoptada cultura alimenticia y demás sobrevivencia relativa, para realizar el mejor saludable resultado y cualitativo del producto, como incluso ya acordado servicio prestado a quien lo necesite y solicite, para personal satisfacción y felicidad de familiar complementación, en matrimonios incapaces de engendrar, pero dispuestos a remunerar a progenitores preparados a realizarlo, sin que como es generalmente en demás sociedad, tengan los escrúpulos, ni signifique un aberrante deshumano acto y sacrificio de naturales sentimientos familiares, sino perfectamente conscientes del acto de extraordinario ajeno servicio comercial prestado, de hasta convenido pre-contrato, pero ya sin posible arrepentimiento y posterior reclamo oficial de ninguna clase.
Y lo cual perfectamente es respaldado con el derecho que todo ser humano tiene para de cualquier legal forma, que no sea de fraudulento delito ó criminal daño y sin afectar de alguna forma a nadie, utilizar su cuerpo y capacidad en otros carente, para prestar ese servicio y ganarse el sustento de vida como satisfactoriamente así lo merezcan si desean, aunque desde luego sin duda como es en muchos rubros de público servicio, como es sobretodo la prostitución, habrá mucha gente que airada los criticará y despreciará por su falta de sentimientos y escrúpulos relativos, de lo que sin embargo ni la superior ley divina podría mal considerar juzgar como indebido delito ó crimen, porque además tal actividad está justificada en servicio a la creación de cuerpos cárnicos para que otro desenlazado ajeno espíritu sea reinsertado y ocupe en la vida en continuada disposición de su destino determinada por ley, gracias a esa servicial gente que lo hizo posible dando felicidad y satisfacción a otros en infinita consecuencia.
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